Según los datos dados a conocer el miércoles 5 de octubre por el Instituto Nacional de Estadística, la inflación en Uruguay parece ser un fenómeno que nos vuelve a sorprender a todos. El documento detalla que la variación acumulada en los últimos 12 meses es de 9,95%, ubicándose en 8,65% a finales de septiembre.
En comparación con la medición interanual en agosto, el porcentaje creció en un 0,42%. Esta cifra se encuentra muy lejos del plan establecido por el gobierno nacional, que preveía un rango meta entre 3% y 6%.
El jueves 6 de octubre, el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central (BCU) se reunió para resolver sobre un nuevo aumento de la tasa de interés de referencia (actualmente en 10,25%).
El objetivo de incrementar la tasa es moderar los niveles de inflación. Hasta ahora, el BCU ha subido la tasa, pero no ha podido moderar la inflación ni las expectativas de analistas, empresarios y el mercado financiero.
En este marco, la variación mensual de la inflación nos permite explicar ciertos fenómenos económicos que nos afectan como ciudadanos en nuestro día a día.
Entre ellos, el aumento del 2,25% en los precios de los alimentos y bebidas; o el aumento del 13% de las legumbres y hortalizas y del 4,35% de las frutas. También subió de precio la leche (9%), el café (5%), el arroz (2,5%) y el pollo (2%).
Dentro del ámbito de la salud, aumentaron los precios de los servicios integrales de medicina privada en un 3,5%, las órdenes médicas mutuales en un 2,7% y en un 2% los tickets de medicamentos.
En términos de vivienda, los impuestos domiciliarios aumentaron un 2,67% y aunque la nafta disminuyó en un 3,70%, los peajes percibieron un aumento del 7,50%.
La aceleración que experimentó la inflación en los últimos meses del año volvió urgentes las estrategias para intentar conservar el valor real de los ingresos. Y aunque la inflación en Uruguay parecería ser menor frente a la que afecta a los países vecinos como Argentina, es importante conocer distintas estrategias para hacerle frente.
- Comprar en cuotas. Una buena estrategia para aquellos que realizan grandes compras y tienen la posibilidad de pagarlas con tarjeta de crédito. Chequea que la tasa de interés sea del 0%. Esto significará que, aunque el precio del producto que compraste aumente, tú seguirás pagando el mismo precio al que lo compraste.
- Recorrer distintos supermercados o puntos de ventas. Podrás chequear los descuentos y ofertas de cada lugar y llevarte aquello que necesites y sea más barato.
- Comprar al por mayor. Stockearse con grandes paquetes de alimentos puede funcionar para aquellas familias numerosas.
- Buscar distintos medios para realizar tus compras. Esto puede ser yendo al mayorista, minorista o hasta haciendo compras online.
- Comprar la misma marca en empaque más accesible. En vez de comprar la caja de cartón para la leche, te conviene comprar el sachet.
- Comprar productos sueltos o al peso. Según tus necesidades para el dia o posibilidades de compra.
Definir los gastos que uno va a realizar es una tarea compleja, ya que no existe una fórmula que nos permita saber exactamente cuánto vamos a gastar. A la vez, son muchas las variables que entran en juego. Sin dudas, la inflación implica una complejidad adicional, tanto por la incertidumbre como por los riesgos de no llegar a fin de mes.