De acuerdo a los gremios involucrados en la negociación, las partes acordaron ese porcentaje en tres tramos, por lo que el salario mínimo en diciembre será de $156 mil.
Por su parte, la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA) votó en contra de esa propuesta y ratificó el reclamo de aumentar el mínimo 44% para el personal.
Desde la CTA sostuvieron que el monto de 156 mil pesos estará por debajo de la canasta de indigencia como argumento para rechazar la propuesta.
Salario e inflación
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Argentina durante el mes de agosto fue de 12,2%, uno de los más altos en las últimas décadas. En los próximos días se conocerá el dato de inflación de septiembre, que se estima entre 9 y 11%.
La ministra de Trabajo, Kelly Olmos, sostuvo que el objetivo es “avanzar en la adecuación del salario e introducir un cambio importante en el seguro de desempleo. Entendemos que el salario mínimo quedó desfasado, lo cual desestimula la formalización”.
El salario en Argentina ha perdido poder adquisitivo contra la inflación los últimos años, y medido en dólares, está en el nivel más bajo en más de una década. Es por eso que desde los gremios, centrales de trabajadores y organizaciones sociales le ponen presión al Gobierno para aumentar los montos de los salario mínimos y establecer paritarias de forma más recurrente.
Esto, sin embargo, es una posición incómoda para el Poder Ejecutivo, ya que si aumenta el salario mínimo, se estaría convalidando una inflación más alta y lo que la gente perciba se trasladaría a los precios de los bienes que más se consumen, es decir, los alimentos.