El verano es el momento del año más elegido por la mayoría para cambiar los aires y tomarse vacaciones. Pero también, muchas veces no sabemos si podremos afrontar todos los gastos que esta conlleva, es por eso que es importante saber cuál es la mejor opción para cada uno con el fin de no afectar las finanzas personales negativamente y que las vacaciones no terminen siendo un dolor de cabeza.
¿Con qué instrumentos me conviene pagar?
Antes de elegir la forma de pago, es necesario analizar el monto del consumo, ya que no es lo mismo si estamos ante la posibilidad de realizar un viaje especial, de alto costo, que no lo hacemos normalmente, frente a la evaluación de cómo vamos a financiar una semana de vacaciones, por un monto no tan alto. De acuerdo con esto, se deben tomar las decisiones sobre cómo pagar en primer lugar.
Pagar de contado, solicitar un préstamo o usar la tarjeta de crédito son algunos de los instrumentos para financiar las vacaciones deseadas. Es central también considerar las diferentes formas en que se puede acceder al servicio, utilizando como regla de decisión la que tenga menor valor actual, por eso es importante tener en cuenta el monto del consumo y cómo podré afrontarlo en el futuro. Cada situación es particular y depende del momento que estemos atravesando, será conveniente elegir uno u otro.
¿Puedo tomar deuda y pagarla a futuro?
Con la explosión del sector fintech, sus herramientas se convirtieron en opciones cada vez más elegidas por las personas ya que permiten, por ejemplo, acceder a préstamos con procesos simples, con menos burocracia y gestionables remotamente, sin que esto genere cargos adicionales y se dan de forma inmediata. También, este sector, no demanda los mismos requisitos que el sector tradicional, por lo que personas que antes no podían obtener un préstamo por ese motivo, en este si tienen esa posibilidad.
Hay que tener en cuenta que esta opción dependerá de cómo uno se siente más cómodo en la elección de financiación, ya que si se vive esto como una carga, no será una buena idea. Es decir que, en toda decisión financiera personal hay que tener en cuenta cómo me afecta en lo emocional.
¿Es mejor pagar en cuotas o de contado?
Antes de elegir la forma de pago, es necesario analizar el monto del consumo, contemplando por ejemplo si existen requisitos de ingreso al destino como ser un seguro o asistencia en viaje.
A pesar de que muchas veces es difícil pagar de contado, ya que no todos tienen el capital disponible en todo momento, un aspecto importante a tener en cuenta es si puedo obtener un descuento a partir de esto. En función de eso, podremos analizar si financieramente es más o menos costoso pagar de contado o en cuotas sin interés. Claro está, que el hecho de pagar en cuotas me permite contar con más dinero hoy, o que probablemente más allá de concluir que el pagar de contado con el descuento es menos costoso, puede que en ese momento no cuente con ese efectivo, entonces si quiero adquirir mi viaje deberé recurrir al pago en cuotas. Otro aspecto a tener en cuenta es la inflación calculada del país, ya que aunque se pueda obtener un descuento donde el precio total termine siendo menor, tal vez si pagamos en cuotas, cuando lleguemos a la última, el valor del consumo será menos a causa de la inflación acumulada.
¿Cuál es mi ingreso disponible para afrontar un gasto?
La forma de pago tiene que ser acorde a mis capacidades financieras, mis expectativas de ingreso, pero también al placer o disfrute que me genera el consumo en sí. Estas tres cosas tienen que estar balanceadas y equilibradas.
Al momento de tomar decisiones relacionadas a mis finanzas personales hay que tener en cuenta tres elementos: disponibilidad de liquidez (dinero ahorrado, inversiones, etcétera); expectativas de ingreso futuro; y, por último, obligaciones asumidas, estas deberán ser restadas a los ingresos que se esperan obtener. Estas tres variables me van a dar como resultado lo que llamamos ingreso disponible. Este es el ingreso que yo tengo para consumir por sobre mis consumos y obligaciones habituales.
Luego de este análisis se debe elegir el mejor instrumento: dinero disponible en cualquiera de sus versiones (pesos, dólares, criptomonedas, u otras opciones), financiamiento con tarjetas de crédito (o similares) y, por último, financiamiento con préstamos personales o de consumo.