Si sacaste un préstamo o crédito a pagar en cuotas, pero surgió un imprevisto que te está complicando el pago, ¡no cometas el error de dejar de pagar tu deuda! En este artículo te explicamos por qué.
Dejar pasar el tiempo y acumular deudas, puede devenir en una situación de endeudamiento agravado y difícil de controlar, que te llevará eventualmente a una calificación negativa en tu historial crediticio haciéndote imposible (o al menos muy difícil) acceder a tarjetas de crédito o a préstamos con buenas condiciones de financiación.
Los bancos y entidades financieras prevén estas situaciones y ofrecen alternativas para ayudar a sus clientes a cumplir con el pago de sus créditos, entre ellas, la refinanciación y la reprogramación de una deuda. La función de ambas herramientas es ayudar a los clientes para que el cumplimiento de sus pagos no se vea afectado por situaciones imprevistas o las fluctuaciones en sus ingresos. Sin embargo, cada una ellas tiene sus particularidades, ventajas y desventajas según el perfil de cada cliente.
¿Qué es la refinanciación de una deuda?
La refinanciación de una deuda implica la modificación de las condiciones iniciales de un crédito con el objetivo de que el cliente, beneficiario de un crédito o préstamo, pueda ponerse al día con el pago. Para eso, se cambian los términos del contrato original (a través del cuál se estructuró el crédito) como la tasa de interés, el sistema de amortización o los plazos para la devolución, ajustándolos a la capacidad de pago actual del cliente.
La refinanciación implica entonces un nuevo contrato para el pago; se traza un nuevo calendario, se modifican los intereses y las condiciones de forma tal que el deudor pueda cumplir con los pagos.
Es una opción que la entidad financiera le ofrece al deudor, beneficiario de un crédito o préstamo, cuando éste ya tiene retrasos o problemas con el pago hace un tiempo.
¿Qué es la reprogramación de deuda?
La reprogramación de una deuda permite al cliente (beneficiario de un préstamo o crédito) obtener a un período de adicional para el pago de sus cuotas que le permita cumplir con los vencimientos sin caer en el retraso de sus pagos.
En otras palabras, se trata de una negociación entre el deudor y el banco para aumentar el plazo de pago de la cuota mensual, con el fin de que el deudor no adquiera una calificación negativa por no pagar a tiempo. La entidad financiera otorga una reprogramación de deuda a partir de un análisis de la situación crediticia del cliente. En los casos en los que se otorga la solicitud, generalmente, se mantienen las condiciones de pago del contrato inicial.
En resumen, si se trata de una situación puntual o a corto plazo; pagás las cuotas con regularidad, pero por razones inesperadas tu pago va a ver afectado, te recomendamos optar por la solicitud de una reprogramación de la deuda.
En cambio, si tu capacidad de pago está afectada en forma permanente o más a largo plazo (ya tenés atrasos acumulados y/o te va a ser imposible cumplir más de una cuota futura) Lo más recomendable es que solicites una refinanciación de la deuda, a fin de generar un nuevo cronograma de cuotas ajustado a tu capacidad de pago actual.
Mantener un buen historial crediticio te va a permitirá, el día acceder a productos financieros, créditos y/o préstamos con mejores condiciones y tasas de interés más convenientes el día que los necesites.