Durante la última semana conocimos de acuerdo al calendario estadístico nacional el IPC o como normalmente se conoce la inflación mensual. Este mes dio como resultado general 7.8%, y como dato alentador solo se puede decir que es una bocanada de aire fresco a los constantes aumentos que venía registrando el Instituto Nacional de Estadística y Censos desde el mes de noviembre 2022: con el registro de 4.9% nunca paró de crecer, llegando incluso en abril a un nivel de altísima inflación de 8.4%.
Lo que hay que entender es que la diferencia siempre se genera en el rubro alimentos y bebidas (porque representa el 36% del índice total, desde 2016), que si bien en abril fue de casi 10%, en mayo terminó siendo de 5.8%.0 Esto no por motivos de cumplimientos de acuerdo de precios, a pesar de poner multas millonarias a las grandes cadenas de supermercados y a algunos productores que casi llegan a monopolizar la producción de ello, sino a que los precios no siguieron aumentando al mismo ritmo que hasta abril pasado. Esto es consecuencia de que la población está comenzando a dejar de comprar/consumir artículos relacionados por sus valores.
Como comprobación de ello, podemos ver que el crecimiento interanual de la recaudación mensual de AFIP es menor a la inflación en el mismo período por 2º mes consecutivo. Hay que recalcar que el rubro ropa de vestir y calzado volvió a los niveles cercanos al 10% mensual, como en los momentos anteriores a incorporarse al programa Precios Justos, que estableció el límite de 3.8% de aumento mensual a aquellos productos no ingresados al programa. Esto es la única consecuencia negativa del incremento de límites de tarjetas de crédito, porque no podían vender más productos por sus valores.
Pese a todo ello, aún no estamos en período de recesión económica, que según algunos lo establecen con un mínimo de 3 meses seguidos de la situación anterior y otros, como quien escribe, sostenemos que en esta parte del año hay que considerar entre 4 y 6 meses consecutivos.
Da soporte a ello en que nos encontramos en momentos que se están cerrando las paritarias y hace crecer en breve los salarios, y por ende el consumo. También se estimula el consumo mediante la gestión realizada por el Ministro de Economía, Sergio Massa, que los bancos suban los límites de las tarjetas de crédito en un 30% y hasta incluso la suba de los acuerdos de sobregiro de las empresas en un 25%.
Recién durante el mes de agosto podemos decir que el respiro de la baja de inflación del mes de mayo puede comenzar la tendencia a la baja. Decimos agosto porque vamos a tener ya establecidos los de junio y julio. Si al 15 de agosto próximo (que se publica el IPC de julio) siguen bajando, podremos hablar de una inflación que comience con 6 –como le gusta decir al actual Ministro. Representaría una señal que tanto en producción como en aduana se va a seguir trabajando 24×7 (como hasta ahora) y que algunos importadores tomaron conciencia que deben bajar los precios finales cerca de 35%, aunque aún así sigan haciendo pequeñas fortunas para ganar por cantidad de operaciones de ventas y no solo precio.
Puesto que el REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) no es creíble porque quienes lo componen tienen intereses políticos y económicos, puestos en brindar un número mayor al real para lo cual podemos decir que en 2020 estimaban inflación anual de 60% siendo de 36; en 2021 estimaron 75% y fue 55; en 2022 decían 120% y fue de 95. Ahora dicen 150% y posiblemente el dato final sea similar a 2022.
Decimos intereses políticos porque no les gusta un gobierno de este estilo, y decimos económicos porque cuanto más grande es el dato que otorguen, más es su ganancia en los créditos UVA porque el 50% es el valor del REM y el resto inflación real (IPC). Este es un tema que no se resolvió ni remotamente porque los dictámenes de comisión no responden a las 10 sentencias dictadas y otras 20 que vienen camino que establecen que “los legisladores deben legislar una ley más favorable a los usuarios con base en agosto 2019, momento que se dictó el primer congelamiento con un Decreto del Poder Ejecutivo Nacional”.
Fabián Medina. Analista económico y tributarista