Las Leliq fueron uno de los temas centrales del debate presidencial y en este contexto de fragilidad económica cobran una importancia significativa. En esta nota te contamos qué son, qué función cumplen y por qué pueden ser un problema en el futuro.
Qué son las Leliq
Tal como lo indica su nombre (abreviado) las Leliqs son “Letras de Liquidez”, una promesa de pago del Banco Central (BCRA) a los bancos privados y públicos.
En lugar de permitir que los bancos hagan circular el dinero que la gente tiene depositado, el BCRA les paga una tasa de interés (actualmente del 118%) para que las tengan en ese instrumento financiero.
De esta forma se evita que la enorme cantidad de pesos emitidos circulen, evitando una escalada de la inflación todavía mayor.
Cómo surgieron las Leliq
El origen de las Letras de Liquidez del Banco Central es de hace más de 20 años. El tesoro argentino estaba en default (incumplimiento de deuda) y como una alternativa, el Banco Central empezó a emitirlas bajo el nombre de Lebacs. Al comienzo, esto fue de muy corto plazo, pero con el tiempo logró bajar la tasa de interés y estirar los plazos de pago hasta 5 años.
Sin embargo, una vez pasado el default, en vez de sustituir los títulos del BCRA por los del tesoro (Ministerio de Economía) se decidió continuar con las Lebacs. Esto no representaba un gran problema ya que la tasa no era muy alta y los plazos eran extendidos.
Específicamente, las Leliq tuvieron su aparición en marzo de 2002, cuando Mario Blejer, presidente del Banco Central por aquel entonces, decidió pagar tasa de interés altas para colocar esas letras y los bancos también pagaran altas tasas, los ahorristas eligieran el peso y de esta forma dejar de presionar sobre el valor del dólar. Fue así como el tipo de cambio pasó de $3,80 a mediados del 2002 a $2,82 en mayo del 2003.
Por qué las Leliq pueden ser un problema
Si bien lograron cumplir su objetivo, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner abusaron de las tasas de interés negativas (por debajo de la inflación), desaprovechó los superávits gemelos (fiscal y comercial) y, a diferencia de Brasil, no construyó una moneda, sino que destruyó el peso con la suba de la inflación.
La situación actual es que con un stock (de Leliq, pases bancarios y otros instrumentos para sacar billetes de la calle) de $22 billones, los “pasivos remunerados” del BCRA son la fuente de emisión monetaria principal (unos 2 billones de pesos por mes).
Esto significa que el Banco Central tiene que emitir esta cantidad de dinero todos los meses para pagarle a los bancos por tener estos títulos, lo que retroalimenta la escalada de precios.
Solución al problema
La salida del problema, coinciden los economistas, sería un programa que disminuya la inflación y genere un aumento “real” de la demanda de crédito, de tal forma que los bancos empiecen a canalizar su liquidez de pesos a las empresas y familias. Esto significa que, en vez de financiar el déficit del Gobierno financien el consumo de las personas, la producción y la inversión del sector privado.
Sin embargo, para eso es fundamental estabilizar la economía sin provocar una recesión muy grande o tener que recurrir a la confiscación de los pesos de los bancos (de los depositantes).