Errores comunes a la hora de invertir: ¿Cómo evitarlos?

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“Invertir” y “generar dinero de forma pasiva” son dos conceptos muy comunes y recomendados dentro del mundo de las finanzas. La crisis económica producida por la pandemia y la inflación récord que sufrió el dólar norteamericano y el euro durante el año pasado han hecho que cada vez sean menos rentables los métodos de ahorro convencionales. Si tenemos nuestro dinero en una cuenta corriente o debajo del colchón, el valor real de este se deteriorará con el tiempo y perderá poder adquisitivo frente a la tendencia inflacionaria mundial, que hasta el momento no ha dado importantes signos de desaceleración. Ante este panorama, es lógico que los individuos opten por invertir su dinero en lugar de ahorrarlo. 

“Tengo mi dinero trabajando para mí”, es una frase que repiten hasta el cansancio aquellos que generan ganancias de forma pasiva invirtiendo en activos estables. Y no es para menos. Las inversiones de bajo riesgo y bajo interés suelen ser muy populares entre los distintos agentes económicos. Sin embargo, no todo es color de rosas. La gran mayoría de los inversores pierde dinero cuando invierte. Esto puede deberse a muchísimos factores. En esta nota, vamos a dilucidar cuáles son los errores más comunes a la hora de invertir.

Falsos gurús, falsos profetas

Las redes sociales le han dado voz a millones de personas que, años atrás, jamás hubieran conseguido un espacio en los medios tradicionales. Esto por supuesto tiene una infinidad de ventajas, como la posibilidad de que los expertos en diferentes temas compartan su conocimiento. Pero, de la misma manera, hay quienes se hacen pasar por especialistas en inversiones y no hacen más que generarles pérdidas a quienes siguen sus consejos. 

La mayoría de las veces, estos influencers financieros buscan posicionarse como grandes inversores para venderle a su público cursos donde garantizan que las enseñanzas les servirán para hacerse ricos fácilmente. Este tipo de “asesores” se han hecho más conocidos con el auge de las criptomonedas y los NFT. Y si bien muchos tienen buenas intenciones y pretenden que sus seguidores realmente ganen dinero con este mercado financiero, no debemos tomar como palabra santa sus consejos ya que estamos hablando de un mercado muy volátil donde un mínimo error puede derivar en importantes pérdidas.

Por esto, es muy importante aprender a discernir entre quienes buscan aportarnos buenos consejos financieros y quienes pretenden ganar dinero a costa de sus seguidores. 

Esquemas ponzi o estafas piramidales

En simples palabras, un esquema ponzi es una forma de estafa que atrae a inversores prometiéndoles grandes ganancias si ellos, a su vez, incorporan a más personas al sistema. Cada nuevo integrante aporta una suma de dinero y se le promete grandes intereses. El problema es que las ganancias son producto de los nuevos inversores, que se colocan debajo de la pirámide y sus aportes están destinados a inversores que están arriba de ellos en el esquema piramidal. De esta manera, no hay una auténtica generación riqueza, no hay un activo real ni un proyecto detrás que genere dinero. El esquema se sostiene por la ingenuidad de los inversores y por las mentiras de quien está al mando.

Claro está que este tipo de maniobra es ilegal y que quienes la desarrollan se las arreglan para contar una narrativa que seduzca a las personas y que las convenza de invertir su dinero. 

Para no caer en la trampa, es importante estudiar a fondo cada posibilidad de inversión, no dejarse llevar por las promesas vacías y dudar de toda inversión que prometa altísimas tasas de interés. 

Errores emocionales

Cuando hablamos de inversiones, nunca podemos dejar de lado el factor humano. La economía se mueve por las acciones y los intereses de las personas. Son estas las que, en su conjunto, definen los valores de los bienes y servicios. Todos los fenómenos económicos se interrelacionan y se pueden reducir a la acción de los individuos. Bajo este fundamento, los aciertos en las inversiones van de la mano, indefectiblemente, con una comprensión de los comportamientos de los agentes económicos.  

Las emociones juegan un papel fundamental a la hora de invertir. Las ganas de ganar dinero rápido puede hacer, por ejemplo, que vendamos un activo que se encuentra en una tendencia alcista y que luego valdrá aún más, o que no salgamos de un negocio solo por el hecho de sacar más capital que el monto de la inversión inicial. De la misma manera, debemos evitar guardar mucho tiempo un activo cuyo valor está en caída solo por la sensación de que en algún momento volverá a subir. 

Ausencia de una estrategia clara

Desde Warren Buffet hasta Robert Kiyosaki, todos los mejores inversores del mundo recomiendan tener un portafolio de inversiones. Esto sirve para diversificar el riesgo y no destinar todo el capital disponible a una misma inversión. También es una forma de organizar nuestros recursos económicos y de planificar una estrategia de inversión. Los resultados de las distintas inversiones que componen el portafolio nos dará un panorama de qué es lo que funciona y qué no. Este aprendizaje es muy valioso para continuar por las sendas del crecimiento económico. La falta de una estrategia y de un portafolio de inversión (por más pequeño que sea) probablemente no derive en los resultados esperados. La planificación es la clave para lograr un crecimiento en el capital inicial.

Cabeza fría, corazón caliente

En resumen, la educación financiera es fundamental para comprender las tendencias del mercado (impulsadas por los compartimentos humanos) y para discernir entre buenas oportunidades y posibles estafas. Nunca debemos dejarnos llevar por las emociones. Al invertir buscamos generar un crecimiento genuino y sostenido en el tiempo, y no ganar dinero rápido. 

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