El presidente Boric continúa con su plan de reformar el sistema de pensiones, creado durante la dictadura de Augusto Pinochet en la década de 1980.
Recientemente, el proyecto superó una de las primeras pruebas en el Congreso al ser aprobado gracias al apoyo de la coalición de Gobierno, en una votación llevada a cabo en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados.
Qué cambios propone la reforma al sistema de pensiones
En caso de que el proyecto de ley lograra la aprobación del Congreso sin ningún cambio, se terminarían las administradoras privadas de fondos de pensiones (AFP), que manejan 180.000 millones de dólares.
Las AFP serían sustituidas por nuevas empresas privadas (además de una alternativa estatal) que tendrían como único objetivo invertir los ahorros de los trabajadores. Una entidad del Estado sería la encargada de recaudar los ahorros y pagar las pensiones, algo que actualmente realizan las administradoras privadas.
También aumentaría una pensión mínima garantizada pagada por el Estado para todos los chilenos, que obligaría a los empleadores a contribuir con el 6% de los salarios de los trabajadores al ahorro.
En este punto el Gobierno tuvo que ceder y ponerse de acuerdo con partidos de centro, que querían que la mitad de ese 6% se repartiera entre cuentas individuales y el resto a un sistema de pensiones colectivo para financiar las pensiones actuales de los jubilados de Chile.
Desde algunos sectores de la oposición afirman que el aporte de los empleadores puede dar lugar a una mayor informalidad de trabajo.
Las AFP tienen mala reputación en algunos sectores de la población chilena, sobre todo de aquellos grupos sociales de izquierda, que argumentan que pagan cantidades bajas de dinero, dejando a muchas personas bajo el nivel de la pobreza.
El proyecto de reforma al sistema de pensiones ahora deberá ser tratado por el Comité de Hacienda de la Cámara de Diputados y posteriormente en el pleno de la Cámara antes de pasar al Senado.
