Si estás pensando en solicitar un préstamo por primera vez, es probable que tengas muchas preguntas. ¿Cuáles son los requisitos? ¿Qué opciones hay disponibles? ¿Qué riesgos implica? En este artículo, te explicamos todo lo que necesitas saber para realizar este proceso de manera segura.
¿Qué requisitos necesitas para obtener un préstamo?
Antes de solicitar un préstamo por primera vez, es importante conocer los requisitos que los bancos suelen exigir para evaluar tu capacidad para acceder al crédito. Aunque estos pueden variar según la entidad financiera, los más comunes son los siguientes:
- Historial crediticio: los bancos revisan tu historial de pagos para evaluar tu capacidad de manejar deudas. Si no tienes un registro o has enfrentado problemas previos, es posible que te pidan un aval o co-deudor.
- Ingresos estables: deberás demostrar que cuentas con ingresos regulares.Para los empleados, generalmente se requiere estar en planilla durante al menos seis meses. En cambio, los trabajadores independientes deberán presentar documentación adicional, como extractos bancarios o declaraciones de impuestos.
- Ser mayor de 18 años y residente legal: es obligatorio ser mayor de 18 años y contar con la documentación que respalde tu residencia legal en el país.
- Capacidad de endeudamiento: los bancos evaluarán la relación entre tus deudas e ingresos (DTI). Un porcentaje bajo (menos del 40-50%) incrementa las probabilidades de aprobación. En caso de resultar más alto, puede ser útil reducir algunas de tus deudas antes de solicitar el préstamo.
- Garantías colaterales: algunos préstamos, especialmente los hipotecarios, requieren que ofrezcas un bien como garantía (por ejemplo, una propiedad o vehículo). Esto no siempre es necesario, pero depende del tipo de financiamiento.
¿Qué es un aval y cómo funciona en la solicitud de un préstamo?
Un aval es una persona física que se compromete a pagar tu préstamo en caso de que no puedas hacerlo. Se trata de una figura comúnmente utilizada cuando el solicitante no tiene un buen historial crediticio o no tiene suficientes garantías para respaldar el préstamo.
Por su lado, el avalista debe tener un historial financiero sólido y la capacidad de asumir la deuda en caso de incumplimiento. Esta alternativa brinda mayor seguridad al banco, aumentando las probabilidades de que tu solicitud sea aprobada.
Tipos de financiamientos disponibles
Las diferentes opciones de financiamientos pueden confundirte al principio. Por eso, aquí te detallamos los tipos más comunes para que puedas elegir con mayor claridad:
Préstamos personales
Son préstamos flexibles que no requieren un aval. Pueden utilizarse para proyectos personales como viajes, mejoras en el hogar o pago de deudas.
En general, las tasas de interés son más altas que en los préstamos con garantía, ya que no hay un bien que respalda a la solicitud. De todos modos, son una buena opción para quienes necesitan financiamiento rápido en situaciones urgentes.
Préstamos hipotecarios
Están destinados a la compra de vivienda. En este contexto, el banco requiere que la propiedad comprada sea utilizada como garantía, lo que permite que las tasas de interés sean más bajas.
Por su lado, los plazos de pago suelen ser más largos, lo que hace que los montos sean accesibles.
Préstamos automotrices
Este préstamo está pensado para la compra de un vehículo, el cual generalmente sirve como garantía. Las tasas de interés suelen ser más bajas que en los préstamos personales, ya que el banco tiene un respaldo tangible.
Además, los plazos de pago son más cortos en comparación con los préstamos hipotecarios.
Consejos para solicitar un crédito por primera vez con buen historial crediticio
Tener un buen historial crediticio es una ventaja al solicitar un préstamo. Aunque al principio puede ser difícil establecerlo, hay varias formas de crear y mantenerlo durante el tiempo:
- Paga tus cuentas en tiempo y forma: ya sea tu tarjeta de crédito, servicios o cualquier deuda que tengas, cumplir con tus pagos puntualmente ayudará a construir un historial positivo.
- No solicites demasiados créditos a la vez: cada vez que pides un crédito, se genera una consulta en tu historial, lo cual puede afectar tu puntaje crediticio si lo haces en exceso.
- Usa tu crédito de manera responsable: si tienes una tarjeta de crédito, procura no utilizar más del 30% de tu límite, ya que esto muestra que eres capaz de manejar el límite sin sobreendeudarte.
¿Qué pasa si no puedes pagar tu préstamo?
Aunque no es recomendable, siempre existe el riesgo de que no puedas cumplir con los pagos del préstamo. Aquí, es imprescindible que actúes rápidamente de la siguiente manera:
- Contacta al banco: algunos bancos ofrecen opciones para reestructurar la deuda o suspender temporalmente los pagos.
- Evita ignorar la deuda: el impago de un préstamo puede tener consecuencias graves, como cargos por mora o un impacto negativo en tu historial crediticio.
- Busca asesoría financiera: si sientes que no puedes manejar la deuda por tu cuenta, buscar ayuda profesional podría ser útil para encontrar la mejor solución.
No comprometas más de lo que puedas pagar al sacar un crédito por primera vez. Es mejor solicitar una cantidad que puedas devolver sin poner en riesgo tu estabilidad financiera.
Mejores prácticas para negociar las condiciones de tu financiamiento
Cuando pides financiamiento, negociar las condiciones puede ayudarte a obtener mejores términos. Algunas prácticas recomendadas son:
- Compara distintas opciones: usar plataformas como Alprestamo te permite ver las mejores opciones disponibles en el mercado, para que puedas elegir la que mejor se adapte a tu perfil.
- Negocia la tasa de interés: si tienes un buen historial crediticio, podrías intentar reducir la tasa de interés.
- Revisa todos los costos: asegúrate de conocer las comisiones y otros cargos adicionales antes de aceptar cualquier préstamo. Esto te ayudará a evitar sorpresas a largo plazo.
Ahora que sabes cómo solicitar un préstamo por primera vez, el proceso no tiene por qué ser complicado. Al contrario, estás listo para investigar, analizar y escoger la mejor opción para tu situación financiera.
Recuerda siempre comparar alternativas y evaluar tu capacidad de pago antes de comprometerte.