¿Cómo lograr mis metas financieras sin que los obstáculos se interpongan?

Metas financieras

Tener una meta financiera es el paso inicial para poder lograr un objetivo que buscamos; pero hay que saber que estas no se logran de la noche a la mañana. Es necesario contar con objetivos claros y una estrategia que vaya acorde a los mismos.

Una vez que estos son planteados, puede ocurrir que aparezcan obstáculos que impiden llegar a las metas por lo que es necesario aplicar un método inteligente para que el plan no se derrumbe y así poder alcanzar los objetivos deseados.

También, hay que tener en cuenta que los objetivos deben ir acorde a nuestra situación particular para que sean realistas y efectivamente podamos llegar a él. Si nos ponemos metas inalcanzables, a lo único que se llegará es a la desilusión. Muchas veces, parecen objetivos fáciles pero luego de analizar distintas variables, nos damos cuenta que era más difícil de lo que pensábamos.

¿Qué es una meta?

Para empezar, es importante tener en claro qué es una meta. Esta es un medio para ir desde tu estado actual hacia uno deseado. Tener un objetivo claro te pondrá en movimiento para llegar a un cierto punto y en ese trayecto debes aprender a reconocer y visualizar tus recursos (monetarios, contextuales, emocionales) y tus dificultades (internas o externas) o debilidades para luchar o trabajar en estas. 

Al tener en claro qué es una meta, un segundo paso es analizar cómo poder lograrlas, engranando correctamente estos elementos.

Cómo lograr tus metas financieras

Seguir algunas recomendaciones resulta clave para aprender a plantear objetivos financieros concretos que también servirán en su desarrollo. Algunas de ellas son:

  • Visualizar: crear una imagen o fotografía en tu mente donde se reflejen todos los pasos para lograr una meta y puedas conectar con esa idea. Obsérvalos e imagínate cumpliendo esos objetivos. A partir de esto, lograrás una mentalidad positiva y analítica a la hora de sortear obstáculos.
  • “Poner a la vista” los avances y compartirlos: una buena medida para ver en qué estado nos encontramos es poner en evidencia los avances, lo que esclarecerá en qué instancia nos encontramos. También, platicar con alguien sobre objetivos y avances puede ampliar tu mirada y ayudar a evaluar la forma en que estás avanzando.
  • Verificar tu capacidad de ahorro y gastos: calcular los ingresos y egresos es un buen punto inicial, para encaminar los objetivos. Si eres consciente de tu ingreso mensual, gastos fijos y variables, te será más sencillo definir tu capacidad de ahorro y cuándo podrás llegar a la meta que buscas.
  • Diferenciar entre deseos y necesidades: Diferenciar entre lo que deseas y lo que realmente necesitas te ayudará a establecer prioridades y evitar gastos innecesarios.

¿Cómo vencer los obstáculos para lograr mis metas?

Una vez que se cuenta con una meta clara, es momento de indagar en los obstáculos que funcionan como impedimentos para conseguir esos objetivos.

Para ello, en una primera instancia se deberá identificarlos y saber que todos pueden ser superables si así lo deseamos. 

Los obstáculos más comunes pueden ser los siguientes:

  • Falta de educación financiera: desconocer los conceptos financieros y sentirse ajeno a ellos es un obstáculo bastante común y el manejo del dinero se puede convertir en una dificultad. Es necesario darle la importancia adecuada a la educación financiera y considerarla como algo fundamental para lograr metas en el futuro.
  • Obstáculos personales: estos son un conjunto de creencias, emociones y prejuicios que hacemos respecto a lo que nos rodea y a nosotros mismos. Es una parte subjetiva pues, lo que es un impedimento para ti, quizás no lo sea para otra persona.
  • Obstáculos externos: este tipo de obstáculos se pueden medir más fácilmente que los personales y no dependen de ti. Por ejemplo, los requisitos necesarios para solicitar un determinado producto financiero como un préstamo o crédito. Ante esta posible dificultad es recomendable informarse de posibles alternativas y adaptarse a la situación que se presente.
  • No planificar a largo plazo: no pensar en un futuro, teniendo en cuenta necesidades y una posible situación en la que piensas que puedes estar, puede perjudicar el direccionamiento de los objetivos.

Al reconocer, reflexionar y poner en práctica lo recientemente mencionado, se podrán buscar diferentes maneras de sortear los obstáculos acorde a la personalidad y situación de cada uno. En este sentido, se tendrá mucha más claridad de la importancia de las metas y cómo hacer para que los obstáculos que aparezcan no te frustren en llegar a ellos.

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