En un reciente informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el crecimiento económico de México podría disminuir en los próximos meses, más allá de los buenos resultados de la primera mitad del año. Además, sostuvieron que la inflación podría estabilizarse en el segundo semestre de este año para empezar a bajar gradualmente.
Actualmente, la inflación se ubica en su mayor nivel en más de dos décadas y en septiembre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se situó en un 8,70% a tasa interanual. Según la expectativa revisada del FMI, México registrará este 2022 una variación inflacionaria de 8,5%.
Sin embargo, el panorama que advierte el FMI para México no es muy diferente del resto de las economías del mundo. A nivel mundial, los principales problemas que enfrentan los sistemas financieros son: la inflación, que en muchos países alcanzó su máximo de varias décadas; el deterioro continuo de las perspectivas económicas en muchas regiones; y los riesgos económicos persistentes.
Este año, la economía global crecerá alrededor de 3%, aunque no se descarta que en las próximas semanas venga un proceso de desaceleración más marcado que lleve esa cifra a la baja.
En este contexto, el foco deberá estar puesto en la creciente probabilidad de una recesión en los Estados Unidos, que representa alrededor de 25% de la producción mundial y es un gran aliado económico de México.
Estados Unidos y China son los productores más grandes del mundo. Si uno entra en recesión y el otro se desacelera, consecuentemente podría haber una recesión en América Latina de la que México no podrá escapar, pues su economía depende del ciclo económico de su país vecino en el norte.
Ante esta situación, ¿cómo se verán afectadas mis finanzas?
Las predicciones del FMI se han centrado en dos conceptos fundamentales: inflación y recesión. Por eso, es necesario que conozcamos estos fenómenos para entender cómo funcionan y prevenir un posible daño a nuestras finanzas personales.
Cuando nos enfrentamos a circunstancias como pérdida de empleos o reducción de la oferta laboral, nos encaminamos, primero, a una desaceleración en la producción de bienes y servicios; o en otras palabras, una recesión. Algunas de las consecuencias de la recesión pueden ser:
- Aumento de precios en los artículos y un incremento en los costos totales de nuestros consumos.
- Dificultad o inaccesibilidad para acceder a tecnologías de punta o equipos especializados.
- Dificultad para acceder a más oportunidades de crecimiento personal.
Entonces, ¿cómo podemos proteger nuestra economía en caso de una recesión?
En estas circunstancias, es fundamental no solo conservar el empleo, sino aumentar nuestra productividad. Además, el ahorro y la inversión inteligente de nuestros recursos e ingresos nos permitirán tener un excedente de dinero para utilizarlo en casos de emergencia. Por último, debemos enfocarnos en llevar un presupuesto ordenado y racional.
Por otro lado, la inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una economía a lo largo del tiempo.
Esto afecta la canasta de la compra, formada por todos los bienes y servicios que se consumen en los hogares; como pueden ser productos de alimentación, combustible, ropa, electrodomésticos y alquiler, entre otros.
Algunas recomendaciones para manejar de forma adecuada el presupuesto familiar en economías donde está presente la inflación son: elaborar un presupuesto familiar; recortar gastos innecesarios para generar ahorros; tener un uso responsable de la tarjeta de crédito; y adelantarse a necesidades futuras que pueden llegar a aumentar sus precios en un corto periodo de tiempo.