La Real Academia Española define “prosperidad” como el curso favorable de las cosas, buena suerte o éxito en lo que se emprende, sucede u ocurre.
Lo que toca ahora es hacer el traslado de esta información al área de la economía personal. En ese caso, a la prosperidad la entendemos como finanzas saludables, que caminan de forma favorable y que ayudan exitosamente a emprender y cumplir con las metas para cuidar la salud financiera.
Para adentrarnos en la prosperidad financiera es importante así como necesario romper paradigmas culturales con los que se vive diariamente. El primero sería cambiar el enfoque dirigiendo la energía a las posibilidades para ver los propios recursos y las oportunidades con las que se pueden trabajar y concentrarse en vivir con prosperidad y abundancia.
Hay que tener en cuenta las decisiones que se toman continuamente ya que cada decisión es una elección que se relaciona con las prioridades y deseos. Por lo tanto, la planificación la pensamos como un factor clave para intentar lograr la prosperidad en lo financiero.
Consideramos que las personas en general tienen la opción de aprender a manejar sus finanzas y ser prósperos o por otro lado, continuar viviendo el día a día, soñando y esperando a tener un golpe de suerte. Son decisiones que se toman desde que se empieza a tener el manejo financiero de sus recursos.
La prosperidad financiera la pensamos como un balance, que además de económico, tiene su significancia a nivel anímico ya que influye directamente en nuestro bienestar.
Entendemos que una de las razones principales por las cuales las personas no tienen el dinero suficiente es por la falta de educación financiera. Esto podría encaminarse o comenzar a solucionarse con los consejos que te dejaremos a continuación.
Algunos consejos
Plantereamos algunos consejos para que logres evitar sorpresas, endeudamientos innecesarios y mal gasto de dinero que puedan llegar a terminar en un problema financiero.
- Llevar un presupuesto mensual: también aconsejamos plantear tu propia estrategia para crear abundancia, pensando y analizando. Podés escribir tus prioridades, sueños, metas y responsabilidades, de tal forma que puedas plantear algo 100 % realizable en tu caso. Básate en tus habilidades, fortalezas, pasiones, el lugar donde vives, quienes te rodean y demás, para crear tu estrategia.
- Controlar gastos: lleva un registro de todos tus gastos. En la actualidad, la mejor y más simple forma de hacerlo es escribir todos tus gastos y luego poner este excel en onedrive.
- Hacer planes a futuro para lograr los objetivos propuestos, es una actividad sana que todas las personas, que tienen ingresos, deben seguir.
- Ahorrar para épocas de vacas flacas.
- No generar gastos más allá de las posibilidades: que los gastos sean controlados y la propia operación personal como la generación de ingresos sea suficiente para cubrir los gastos.
- Poner los recursos en diferentes cuentas o inversiones: con eso la tentación de gastárselos todos al tiempo disminuye: evaluar la posibilidad de tener inversiones con bajo riesgo (como bonos y certificados estatales) a largo plazo.
- Saldar deudas: hacer presupuestos para ver dónde se están destinando recursos, y llegado el momento, refinanciar deudas, buscar acuerdos con las personas o entidades a las que se les debe, entre otras opciones que hay en el mercado. Para tener un panorama aún más claro y detallado de cuáles son los distintos tipos y cómo afectan a la economía personal, te recomendamos la siguiente nota.
- Ahorrar: es la única forma que el mundo ha conocido hace mucho tiempo para ser ordenado y evitar las quiebras. Casi nadie con una reserva se quiebra.
La clave está en el orden que se le dé a las finanzas personales. Es lo que nos asegura una ecuación básica y sencilla: los ingresos deben ser mayores a los gastos; que se ahorre para épocas de “vacas flacas”, con el fin de no generar apuros en la familia.
Una vez que se tienen claros los objetivos de cómo alcanzar una prosperidad financiera y el compromiso de llevar a cabo los planes, es momento de “multiplicar los panes” a través de recursos y herramientas que están a disposición, como un plan presupuestal familiar o el ahorro a través, por ejemplo, de fondos de inversión.