La importancia de la educación financiera no es noticia, pero sí lo es la incorporación de esta en el sistema educativo del país. Hace algunos años, ya se viene notando la falta de esta materia en sistemas educativos para formar a jóvenes en torno a la importancia del manejo de las finanzas. En ese sentido, el pasado martes el Banco Central de Uruguay (BCU) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) firmaron un convenio para incorporar la educación económica y financiera en el sistema educativo nacional.
Según la declaración del presidente del BCU, Diego Labat, esta es una aspiración que el Central ya tenía desde hace algunos años. También destacó que desde hace más de una década está en proceso de desarrollo el programa de formación económica y financiera, que ha llegado a “muchos públicos”, desde educación primaria, secundaria y técnico profesional, a familias, empresarios, trabajadores, periodistas, sindicalistas y personas privadas de libertad. Tal es así que Labat informó que han llegado a más de 75.000 estudiantes y 1.400 docentes con el programa. Esta sin dudas es una acción positiva, pero aún queda mucho por hacer en esta materia.
Todas estas acciones pueden determinar la salud financiera de cada persona y familia, por eso, generar y adquirir herramientas que nos ayuden a mejorar y a tomar conciencia en ese sentido, resulta fundamental hoy en día, en el que el acceso a productos financieros es cada vez más simple y fácil.
¿En qué consisten las iniciativas?
La idea de implementar educación económica y financiera se plantea en términos de alcance a todos los niveles, desde primaria y secundaria hasta la formación docente, como un plan general y abarcativo.
En tanto, Labat señaló en rueda de prensa que este es un “convenio general” al que luego se le generarán “distintos marcos”.
Y agregó que: “Nosotros tenemos contenidos, hemos hecho capacitación de docentes, tenemos un montón de condiciones que vamos a aportar y el consejo de educación va a permitir que todo eso termine en la currícula de los distintos niveles de educación”.
Por su parte, el presidente de la ANEP, Robert Silva, recalcó que “estamos en un cambio curricular muy importante en la formación de nuestros docentes”. En este sentido, indicó que el país tuvo “una inversión tecnológica en materia educativa destacada” pero había “un faltante: la formación de nuestros docentes. Lo vivenciamos en pandemia y por eso ahora, en esa transformación y esa reforma curricular de la educación, estamos con un fuerte acento en el pensamiento computacional, en la resolución de problemas utilizando estrategias que la tecnología nos brinda, en la educación multimodal y en otros aspectos que son sustantivos, como el pensamiento científico, el pensamiento creativo y la generación de pensamiento crítico”.
De acuerdo con Silva, para poder “transformar la educación obligatoria de este país, se requiere tener los mejores docentes. También hay que transformar la formación de los docentes, proceso en el que estamos”, agregó.
Del mismo modo, sostuvo que esta enseñanza no solo trata de formar a niños y jóvenes, sino que también pretende “generar cultura y aprendizajes que sean derramados en la familia”. También explicó que “lamentablemente” por “alguna mala creencia” de que el sistema educativo podría verse afectado por “incursionar en estas áreas”, la educación económica y financiera se había dejado “afuera”.
En definitiva, no quedan dudas que es sumamente importante ir incorporando de cara al futuro nuevas medidas para que los chicos y jóvenes puedan formarse desde temprana edad en este tipo de materias, para que luego, puedan tener una mejor salud financiera. Uruguay, ya empezó a poner en marcha sus planes para potenciar y ayudar a que estos objetivos se cumplan.