Préstamos: breve historia sobre su nacimiento

La necesidad de pedir dinero prestado y devolverlo luego es casi tan antigua como el surgimiento del comercio y el nacimiento de las primeras civilizaciones, movidas por un sistema económico precario.

Siempre los bienes y servicios se rigieron por una lógica de oferta y demanda, y desde que el hombre dejó atrás el trueque como la única forma de comerciar, el ingreso -ya sea en oro, en sal, en plata o en cualquier divisa que la sociedad interprete como moneda intercambiable por bienes y servicios- se ha vuelto esencial para cubrir las necesidades básicas y secundarias. Por ende, no sorprende que el origen de los préstamos se encuentre poco después del nacimiento de los sistemas sociales económicos. 

Pero, ¿cuándo nacen exactamente los préstamos?

Los primeros registros documentados sobre esta herramienta financiera indican que estos surgieron hace más de 3000 años en la Mesopotamia antigua. Las primeras financiaciones de este tipo se realizaban entre amigos y conocidos, luego, de la mano de los romanos y de los griegos, este mercado se fue oficializando aún más. 

La expansión de la Grecia pre-clásica, marcada por una creciente ambición de sus comerciantes y mercaderes, derivó en la adopción de los primeros préstamos reales con intereses, que ya habían probado en la civilización fenicia, en la cual los griegos tenían una gran incidencia económica, comercial y cultural. Se podría afirmar que sin esta idea, el crecimiento exponencial de este imperio y la transición a su etapa clásica no hubiese sucedido ya que los préstamos fueron esenciales para ampliar la economía. 

Posteriormente, y después de varias discusiones entre juristas de la época por definir tasas de interés justas, los romanos tomaron el mismo camino que los griegos y adoptaron los préstamos como instrumento financiero. Incluso implementaron la pena de escalvitud como castigo por el impago de deudas. 

Edad Media, fin de los préstamos

Con la caída del Imperio romano y la expansión del cristianismo a través de las Cruzadas, la concepción clásica de riqueza como fin deseable y forma de progreso social fue censurada ya que era vista como incorrecta por la moral cristiana. Los préstamos fueron prohibidos y esto derivó en varios siglos de decadencia económica y falta de liquidez.

A pesar de todo, los préstamos siguieron funcionando gracias a las comunidades hebreas que vivían dentro de los reinos cristianos. Con el correr de los siglos, los judíos fueron convirtiéndose en los grandes prestamistas que financiaron a las empresas más importantes de la Edad Media. Estos préstamos podían variar, desde un interés del cero por ciento para los miembros de su comunidad hasta intereses mayores en función del monto, de la confiabilidad y la solvencia de la empresa. 

Entrando en la Edad Moderna

El descubrimiento de América por parte de Colón fue, quizás, la expedición más importante de la historia. Pero esta no se financió sola. Para lograr dicha hazaña los reyes católicos le otorgaron a Colón un préstamo para financiar su viaje. Así se puso de manifiesto la necesidad de financiar empresas y proyectos en nombre del progreso y del expansionismo. 

Más tarde, en el siglo 18, nacieron los bancos comerciales y de esta manera los préstamos, así como otros productos financieros similares fueron institucionalizados y llegaron cada vez a más familias y agentes económicos. 

Hoy más que nunca

Hoy en día, los préstamos son más que habituales. Cualquiera puede solicitar uno para comenzar un nuevo proyecto, para pagar sus estudios, un viaje o simplemente para llegar a fin de mes. 

Desde la Mesopotamia antigua hasta la actualidad, pasando por los prestamistas hebreos y por las tasas de interés romanas, esta herramienta avanzó tanto que ahora mismo podés solicitar un préstamo en menos de 30 segundos. Solo tenés que llenar un formulario y, según tu historial crediticio, te acercamos los préstamos que mejor se adapten a tus necesidades y a tu situación económica. Todo en simples pasos. Somos un marketplace de productos financieros que vincula a personas que están buscando una solución financiera con entidades que pueden proveerla. 

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