El sueño de tener una casa propia trasciende de generación en generación. Es uno de los grandes deseos de muchas personas y a la vez, uno de los proyectos que mayor esfuerzo económico requiere a lo largo de la vida. Ahorrar para comprar una casa puede llevar años, y en muchos casos es visto como algo casi imposible.
Tasa de esfuerzo: ¿Qué es y cómo se calcula?
Existen indicadores económicos para casi todo. También existe uno para medir el esfuerzo relacionado a comprar una vivienda. Es la llamada “tasa del esfuerzo”. Es un índice que refleja la media de años que una unidad familiar tardaría en pagar una vivienda si toda su renta se destinase a ello. Para calcularlo, se tiene en cuenta el precio medio de los domicilios de dicho territorio y el salario promedio anual de sus habitantes.
De todas formas, no es posible aplicar este índice a la vida real porque nadie puede destinar su salario completo a la compra de una vivienda, ya que hay otros gastos y necesidades que cubrir. De hecho, expertos afirman que lo ideal es no destinar más del 35% de los ingresos a gastos de vivienda, es decir, al pago de cuota hipotecaria o de la mensualidad de alquiler. En muchísimos casos, ese porcentaje es mayor y se ponen en peligro las finanzas de muchas familias.
¿Cómo me ayuda a comparar posibilidades?
La tasa de esfuerzo es un indicador muy útil para comparar posibilidades porque refleja, en relación a los precios de las propiedades de cada lugar, cuánto tiempo llegará una familia a adquirir su propiedad.
Esto puede servirte para seleccionar en qué ciudad es más barato adquirir una casa, entonces quizá en un lugar cercano es más conveniente comprar una propiedad que en tu propia ciudad. Es una herramienta de análisis que te puede servir para planificar.
¿De qué dependen los precios de las propiedades?
Al igual que todos los bienes del mercado, la variable que más influye en el precio de las propiedades es la dinámica entre la oferta y la demanda. Eso significa que la relación entre oferta y demanda también influye en la subida o bajada de la tasa de esfuerzo.
La condición y antigüedad de las propiedades también es un factor clave. También se debe tener en cuenta que si se compra una casa vieja, o con instalaciones deterioradas, eso significa que luego se deberá invertir en el arreglo para que la casa quede en condiciones de ser utilizada.
Créditos hipotecarios y otras alternativas
La realidad es que si, comprar una casa es un esfuerzo de años y años. Pero existen alternativas. La principal opción es solicitar un crédito hipotecario. Los créditos hipotecarios son exclusivos para la adquisición de la vivienda. Y, es cierto que todos los meses debes seguir haciendo el esfuerzo de destinar una parte de tu salario a la vivienda, pero, a diferencia de un alquiler, es para tener una casa al final del día.
Las hipotecas pueden variar según el banco que las otorgue. Algunos bancos ofrecen el 100% del valor de la propiedad y otros una porción, es algo que también depende de las características del solicitante. Es por esto que también es importante procurar tener un buen perfil crediticio antes de emprender la solicitud de una hipoteca.
Una opción en caso de que no puedas acceder a una hipoteca por alguna razón, es solicitar un préstamo. La desventaja es que deberás tener dinero ahorrado porque es muy poco probable que un préstamo equipare el precio de una casa o apartamento, pero quizá es una manera de compensar los ahorros y poder acceder a la vivienda propia.
En fin, antes de comprar tu vivienda, es recomendable hacer un estudio de mercado utilizando como insumo la tasa de esfuerzo, para ver en dónde es más conveniente comprar. Luego, analizar la disponibilidad de créditos o préstamos y solicitar uno para poder cumplir el sueño de la casa propia.