Qué dice el estudio sobre las monedas digitales
Un estudio de Atlantic Council destaca que 130 países están explorando el desarrollo de monedas digitales emitidas por bancos centrales. Específicamente, todos los países que conforman el G20 (excepto Argentina) se encuentran en fases avanzadas. Esto sería posible gracias a la tecnología blockchain (cadena de bloques en español).
Once de esos países, entre ellos Nigeria y varios del Caribe, incluso ya han lanzado monedas digitales (CBDC, por sus siglas en inglés), mientras que en China las pruebas piloto se encuentran muy avanzadas, con 260 millones de personas alcanzadas.
Otras de las grandes economías emergentes, como Brasil e India, también tienen previsto lanzar pruebas de monedas digitales el año que viene.
El Banco Central Europeo (BCE) se encuentra en tratativas para comenzar su proyecto piloto de euro digital antes del posible lanzamiento, en 2028. En Europa, Suecia sigue siendo uno de los más avanzados en el proyecto piloto de las CBDC.
La única posible excepción es Estados Unidos, quien avanza solamente en la versión de un dólar digital para el comercio entre bancos. El presidente, Joe Biden, había ordenado en marzo de 2022 a los entes competentes que evaluaran riesgos y beneficios de una medida como esta.
Qué significarían las monedas digitales
La importancia del dólar en el sistema financiero mundial hace que cualquier decisión de EEUU pueda tener grandes consecuencias en todos los demás países. La Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) ya comunicó que es responsabilidad del Congreso y no suya, decidir si lanzan un dólar digital.
El movimiento a favor de los CBDC o monedas digitales ocurre cuando el uso del dinero en efectivo se encuentra disminuyendo año tras año, y los gobiernos tratan de defenderse de la informalidad que traen consigo las criptomonedas. Además, las sanciones económicas impuestas a Rusia (por la guerra en Ucrania) y a Venezuela en los últimos años han sido otro factor clave para empezar a impulsar las monedas digitales y burlar los sistemas tradicionales internacionales como el SWIFT.