Una deuda puede implicar sumas más grandes o más chicas de dinero, pero en síntesis, se trata de un préstamo tomado para cumplir con un objetivo específico. Este puede ser desde hacer las compras escolares a principio de año, hasta comprarse un auto o construir la casa de tus sueños.
Lo cierto es que tomar una deuda puede volverse una situación compleja y estresante de un momento para el otro si no lo manejás correctamente.
A su vez, mientras que algunas deudas que contraemos pueden traernos un rédito o “saldo positivo” a futuro –como una deuda adquirida para invertir en un inmueble– otras solo pueden significar un gasto que después tendremos que devolver.
Por eso, al momento de contraer cualquier tipo de deuda, es clave tener en cuenta cómo la podremos pagar a futuro y organizar nuestras finanzas para poder devolver el dinero.
Cómo comienzo a desendeudarme
Te dejamos 5 claves para comenzar a saldar tu deuda y mantener tus finanzas saludables:
- Registrar todas tus deudas anotando todo lo que debés.
- Revisar tus ahorros y calcular si con los mismos podés, o no, saldar tu deuda.
- Armar un nuevo presupuesto con tu deuda en mente (y en primer plano). Deberás incluir los gastos fijos y los variables, determinando cuáles de los segundos podés comenzar a evitar en la diaria para ahorrarte algunos pesos (que seguramente te ayudarán a fin de mes).
- Encontrar formas de aumentar tus ingresos. Podés agregar algunas horas extra de trabajo o tomar algún proyecto freelance.
- Si necesitás ayuda, pedila. Seguramente tus amigos o tu familia puedan ayudarte si se lo pedís. Será más fácil devolverles el dinero después que tener una deuda mayor con alguna entidad bancaria, por ejemplo.
Si ya pudiste saldar tu deuda, tomá estos consejos para la próxima vez que te encuentres en una situación complicada: identificá de forma consciente qué te llevó a esa situación; no pagues el mínimo de la tarjeta ni refinancies tus deudas; no tomes decisiones que impliquen grandes gastos hasta estabilizarte económicamente.