Luego de los estímulos monetarios inyectados por los bancos centrales de todo el mundo para paliar la crisis del Covid-19 llegó la hora de ajustar. Es por eso que ahora los gobiernos de cada país están subiendo las tasas de interés para contener la inflación, sin importar que las consecuencias sean una recesión para la economía.
Declive de ganancias corporativas en EEUU
Al ser la economía más grande del mundo, es importante analizar la política monetaria y fiscal de EEUU para entender lo que puede pasar con el resto de los países, especialmente los de latinoamérica.
El trimestre finalizado en marzo fue el segundo consecutivo de declive en las ganancias para las corporaciones en Estados Unidos. Las predicciones pesimistas en cuanto a las ganancias se centran en el periodo abril-junio, para el que se espera una baja del 7.3%, según datos de Bloomberg Intelligence.
Caída en el consumo y la actividad económica
El golpe de las altas tasas de interés y la decreciente demanda del consumidor se va a extender al tercer trimestre de 2023, opinan los analistas, dando un retroceso en las predicciones anteriores de que la recuperación de las ganancias comenzaría en ese periodo y sumando más temores a una recesión.
Pero se acercan otros problemas. Por ejemplo, en EEUU cada vez más norteamericanos se retrasan en los pagos, lo que llevó a ver que los cuatro bancos más grandes del país vieran aumentar las cancelaciones de préstamos al consumidor malos en un 73% a diferencia de los niveles del año anterior.
Viento de cola limitado
La reapertura de China luego de superar el Covid ha sido muy importante para los mercados, sobre todo los emergentes como los de América Latina.
Pero mientras este crecimiento de China en el primer trimestre de 2023 llegó a un máximo de un año, el crédito y la demanda de los consumidores parecen estar perdiendo fuerza.
En este contexto, si Estados Unidos puede llegar a lo que ellos llaman “soft landing” o aterrizaje suave para la economía (es decir, evitar una recesión), entonces los efectos de los factores antes mencionados no serán tan severos. De lo contrario, una recesión agresiva puede ser nociva no sólo para los norteamericanos, sino también para los países latinoamericanos, que dependen en gran medida de las políticas que se apliquen en el país del norte.
¿Habrá recesión en Perú?
En el caso de Perú, el Banco Mundial estima que el país crezca un 2,6% en 2023, aunque esto queda condicionado por las tensiones sociales y la recuperación de la inversión. Este crecimiento se proyecta “ligeramente más débil” que el año anterior, con un aumento de consumo gubernamental, compensando, en buena medida, una baja en la inversión.
En el mes de mayo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ajustó su proyección de crecimiento para Perú. Apuntó que el PBI del país crecerá un 2,2% este año, un 0,2% menos que la proyección de marzo, lo que hace pensar en una pequeña recesión o caída de la actividad económica en el segundo semestre.