Al igual que la salud corporal, gozar de una buena salud financiera requiere de conocimiento, información y algo de dedicación. La educación financiera aporta las herramientas necesarias para tomar decisiones debidamente informados. No hace falta convertirse en un experto, basta con explorar los aspectos que nos interesen de acuerdo a nuestra situación financiera e incorporar ciertos hábitos que pueden ayudar a mejorar nuestras finanzas personales.
¿Cómo ordenar mis finanzas personales?
El primer paso para encarar cualquier situación suele ser adentrarse en el panorama. Por lo tanto, es necesario conocer bien tus ingresos, egresos y en caso de tener deudas, también sus detalles.
Es recomendable hacer una lista donde anotar todos tus gastos. Es una táctica de organización que sirve para conocer a la perfección en que utilizamos el dinero y además muchos coinciden en que cuando anotan todas sus compras, bajan sus gastos. Esta lista te ayudará a identificar cuales son fijos e imprescindibles y cuales se pueden eliminar o al menos minimizar. Esto te permitirá saber cuál es tu excedente real, la diferencia que existe entre lo que ganas y lo que gastas, tanto para saldar deudas, ahorrar o invertir. Una vez detallado tus ingresos y egresos, es posible formular un presupuesto personal que te permite planificar cuánto dinero necesitas por mes para solventar todos tus gastos.
En caso de tener deudas, también necesitarás ordenarlas. No todas tienen el mismo nivel de urgencia y para determinarlo, hay que mirar la tasa de interés de cada deuda. Por lo general, entre más grande sea la deuda, más altos serán los intereses que podemos definir como “el precio del crédito”. Una vez más, hace una lista y organizalas de mayor a menor no solo por el valor que debes, sino también por sus intereses. Agrega también el pago mínimo. Este orden te permitirá establecer tus prioridades y saber qué deuda saldar primero.
Aspectos a tener en cuenta para sacar un préstamo o un crédito
La respuesta más simple probablemente sería basarse en la tasa de interés a la hora de analizar qué préstamo personal sacar. Se podría decir que el más conveniente es “el más barato”. Sin embargo, existen otros factores a los cuales prestar atención antes de pedir un préstamo. También es importante el plazo para devolver el dinero, dado que la combinación de estos factores determinará la cuota a pagar.
De esta manera, no sólo se debe prestar atención al valor de la cuota sino también al periodo por el cual deberás abonarla. Muchas veces, algunos usuarios se entusiasman con cuotas bajas pero estas implican estar endeudado a largo plazo, lo cual, probablemente aumente los intereses. Todo dependerá, además, de tu situación financiera y los montos que podrás disponer.
Es importante, además, consultar siempre antes de sacar un préstamo si tiene costos adicionales a la tasa de interés. Estos pueden ser seguros, cargos por administración o cargos puntuales de cada entidad financiera.
Por último, es recomendable preguntarse si es realmente necesario y si es posible pagar la cuota del préstamo con nuestro presupuesto mensual. Sumado a eso, no es recomendable tomar préstamos para pagar gastos corrientes, del día a día, ni tampoco para saldar otras deudas, salvo que mejoren las condiciones de los intereses. En ese caso, sí es aconsejable contraer una nueva deuda y utilizarla como una herramienta que te permita saldar todas las demás y unificar los pagos en una sola cuota.
Hábitos saludables para nuestras finanzas
Una buena táctica a la hora de ahorrar, y eventualmente invertir, recomendada por varios expertos es guardar una cantidad fija de dinero cada mes. Es importante fijarse como meta y objetivo el ahorro, para tenerlo en mente, si tan solo es un deseo, es probable que no se concrete y sigas sin saber en qué gastas tu dinero. Aunque sea una cantidad pequeña, apartar un monto por mes, sirve para ir generando un hábito e incorporar el ahorro al presupuesto mensual. Consiste en separar esa cantidad a principio de mes, al igual que los demás gastos fijos (alquiler, prepaga, colegio, pago de expensas).
Muchos lo llaman también fondo de emergencia. Es recomendable que sea el 10% de tus ingresos mensuales. Esto te permitirá contar con dinero en efectivo para cualquier urgencia o gasto importante inesperado. Gran parte de gozar de una buena salud financiera es la planificación: contar con este fondo ayuda a evitar futuras deudas.
Por último, evita consumir con tus tarjetas de crédito. Este consejo puede ser uno de los más fáciles, o los más difíciles. Aunque son una gran herramienta, las tarjetas de crédito pueden generar grandes deudas porque bajo la perdida de percepción y el pago futuro muchas veces se convierten en gastos que luego los usuarios no pueden afrontar. Un gran consejo es tratar de no usarla y comprar al contado solo aquello que puedas alcanzar. Algunos incluso recomiendan guardar en un lugar determinado, como un sobre, el dinero que se puede gastar por mes. En caso de necesitarla, mantené la misma lógica, compra sólo lo que puedas pagar, tener un límite en la tarjeta de crédito no significa que tengas que llegar a ese valor si no lo necesitas.