La inflación es un fenómeno global y Uruguay no está exento de este problema. Debido a esto nuestros ahorros se devalúan y pierden su valor real. Hoy más que nunca, es necesario canalizar nuestros ahorros hacia inversiones rentables.
Invertir nuestro dinero en activos que nos dejen un interés semestral, o que simplemente se puedan vender más caros en un tiempo, es la mejor opción para no perder contra la inflación. Aún así, casi todas las inversiones implican un riesgo, por más mínimo que sea.
Esto, sumado a la falta de educación financiera, hace que el ahorro sea más común que las inversiones.
Tipos de inversiones
En el mundo bursátil existen miles de opciones para invertir nuestro capital. Aunque podemos dividirlas en dos grandes grupos: activos de renta fija y activos de renta variable:
Renta fija
Son activos que se caracterizan por pagarle al inversor un interés fijo y previamente acordado por ambas partes. Los bonos de los gobiernos y los plazos fijos de los bancos son ejemplos de inversiones de este tipo, así como las obligaciones negociables que emiten las empresas a través de las bolsas de valores.
El inversor deposita un dinero para financiar a una entidad, ya sea una empresa, un Estado o un banco, y a cambio recibe un interés mensual proporcional al dinero que invirtió. De esta manera, el dinero se multiplica.
Renta variable
Son activos cuyo valor e interés que generan varían según los movimientos del mercado y otros factores. Por ende, son más riesgosos que los activos de renta fija, pero pueden dejar más ganancias.
Un claro ejemplo son las acciones. Si compras acciones de una determinada empresa y estas aumentan, luego las podrás vender más caras. Pero, caso contrario, perderás parte del dinero invertido.
Tipo de inversores
Los inversores se pueden dividir en grandes grupos según sus características a la hora de comprar activos financieros:
Conservadores
Son aquellos que no arriesgan sus ahorros y compran activos seguros de renta fija, como plazos fijos bancarios o bonos de gobiernos. De esta manera, no obtendrán importantes ganancias pero se aseguran no perder contra la inflación, obtener un interés fijo previamente acordado y tienen la seguridad que sus ahorros están a salvo.
Inversores de valor
La idea de estos es ahorrar en activos de valor, por ejemplo metales preciosos como el oro, o acciones de empresas que crean que tienen un verdadero valor intrínseco y que aumentarán con el tiempo. En lugar de invertir para obtener una renta fija semestral lo hacen para obtener una reserva de valor distinta al dinero fiduciario y que pueda ser vendida más cara en un futuro.
Traders o inversores de riesgo
Estos se caracterizan por comprar y vender activos en poco tiempo y siempre pensando en obtener un margen de ganancia, no se fijan en el valor del activo en sí ni lo ven como una inversión a largo plazo. Más bien, estudian el mercado y compran activos cuando bajan para venderlos al alza. Por eso es el mecanismo de inversión más arriesgado y para el que más estudio y preparación se necesita.