Con la ayuda del acceso a la información y las acciones por parte de diferentes actores de la sociedad, el acceso al conocimiento para tomar mejores decisiones en torno al dinero, cada vez se hacen más posible.
Por lo general, siempre contamos con algún amigo, familiar, pareja o nosotros mismos, que suele tener problemas con el manejo de las finanzas. Pero no hay que avergonzarse o pensar que no hay salida. Siempre se puede mejorar la situación, es por eso que saber ciertos conceptos y ejercitarlos resulta clave para que las finanzas tengan una “buena salud”.
¿Cuáles son los buenos hábitos para tener finanzas sanas?
Contar con una correcta administración financiera brinda la posibilidad de tener seguridad personal y familiar, alcanzar objetivos y para afrontar imprevistos en caso de ser necesario.
Una buena planificación evitará caer en deudas excesivas o innecesarias que perjudiquen nuestra tranquilidad y causen estrés; por eso armar un presupuesto mensual resulta clave para que el plan vaya acorde al mismo y no nos desviemos de este.
Por otro lado, llegar a fin de mes con dinero disponible después de haber pagado todas las obligaciones, deudas y gastos esenciales es un buen síntoma y reflejará el nivel de nuestra capacidad financiera. Tal es así, que en estos casos, se podrá destinar un porcentaje al ahorro o inversión, lo que servirá también para alcanzar nuevas metas.
Si pensamos en el lado opuesto, cuando se gasta más de lo que se tiene, se acumulan deudas, y no se llega a fin de mes con liquidez, esto representa unas finanzas negativas, lo que debería llamar la atención para generar ciertos cambios en los hábitos y manejo del dinero.
¿Cuándo debo realizar cambios en mi rutina?
A simple vista, no parece muy difícil seguir los pasos para tener finanzas saludables, sin embargo es muy fácil perder el control y no detectar el estado de nuestras finanzas, ya que podemos perder la visión macro de la situación.
Cuando a fin de mes, se logra cubrir el pago de todos los pendientes sin necesidad de endeudarse, pero la cuenta queda en ceros, esto impide ahorrar o invertir. Esto no implica un perjuicio a las finanzas, pero lo ideal sería intentar poder hacer alguna modificación para poder ahorrar y contar con un fondo de emergencia por cualquier urgencia que haya que afrontar.
Para promover el ahorro, es importante identificar gastos o consumos pequeños o superficiales, también probablemente habrá que hacer ajustes en el presupuesto para poder generar este extra.
Entonces, si la relación entre los ingresos y gastos se encuentra en estado neutral o negativo es necesario realizar alguna acción para comenzar a sanar y mejorar las finanzas y así encontrar un equilibrio en los gastos diarios. Para esto, es recomendable realizar un análisis sobre los ingresos percibidos mensualmente y las compras o pagos realizados. En este caso, es importante detectar gastos relacionados con actividades no indispensables, como los gastos hormiga, para reducirlos. Osea, hay que identificar gastos esenciales, no esenciales y objetivos y después identificar cuáles son en nuestra cotidianidad.
Si el nivel de gasto o egresos es superior a los ingresos, es necesario eliminar los gastos no esenciales; si realizando esto, aun así sigue quedando en negativo, se debe hacer un análisis más profundo para detectar lo que está causando al desestabilidad.
¿Cómo tener un correcto control financiero?
Para realizar un correcto control financiero, el presupuesto debe estar compuesto por:
- 50% gastos básicos y servicios,
- 30% gastos personales,
- 20% ahorros o inversión