Una vez más, un 19 de septiembre volvió a estar marcado por un sismo en México. Fue el tercero de su historia. Con epicentro en la región de Coalcomán, una comuna del estado de Michoacán, en el centro del país, un sismo de 7,5 de magnitud -según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS)- sacudió la costa oeste de México.
El terremoto se produjo a las 13.05 horas a 46 kilómetros al sur-sureste de la Placita de Morelos y a 63 kilómetros al sur de Coalcomán, en el estado de Michoacán, y a una profundidad de 15.1 kilómetros, dijo el USGS. Duró alrededor de 40 minutos y según informó luego el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador dejó dos muertos. En las dos horas posteriores al sismo, hubo 168 réplicas, aunque de menor intensidad.
Apenas una hora antes de que ocurriera el sismo, la ciudadanía mexicana estaba participando del Simulacro Nacional 2022, una jornada con actividades de prevención y revisión de los protocolos anti sismos para conmemorar el aniversario de los otros dos sismos que se registraron en esta fecha. El primero fue en 1985, de 8,1 grados, que dejó más de 10.000 muertos. Al igual que esta vez, en 2017 los ciudadanos también estaban participando del simulacro y luego empezó un sismo de 7,1 grados en la ciudad de Puebla que dejó 369 fallecidos y 7289 heridos.
¿Cómo afecta a la economía?
El impacto de un sismo en la economía dependerá de cuáles son las zonas más afectadas. Cuanto más porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) representan los lugares, mayor será el efecto económico que tendrá el sismo.
Las pérdidas económicas por el terremoto de 1985 llegaron a 4,103.5 millones de dólares y de acuerdo a la Comisión Económica y para América Latina y el Caribe (Cepal) la economía mexicana tuvo un impacto entre el 2,1% y el 2,4% del PBI. El panorama fue mejor para aquel ocurrido en el 2017. El impacto por el cese de la actividad económica provocado por los sismos de septiembre de ese año fue menos del 10% del generado en el sismo anterior. El Banco Base estimó que el costo económico fue de 0,2% del PBI.
Según el Grupo Bursátil Mexicano (GBM) este tipo de tragedias suele generar un aumento de las ventas minoristas a raíz de la compra de agua embotellada, arroz, cobijas y todo tipo de suministros que se destinan inmediatamente a las áreas afectadas. Sin embargo, los sismos generan de todos modos pérdidas en la producción local a corto plazo. Otro de sus efectos, de todos modos, es un ligero crecimiento en la construcción a causa de la reconstrucción que atraviesan las zonas destruidas.
¿Cómo me perjudica a mis finanzas personales?
Un sismo no solo tendrá efectos económicos en la economía del país sino que los daños en la economía mexicana también repercutirán en los bolsillos de sus ciudadanos. Quizás quienes sufran las consecuencias más graves serán aquellos que se vieron afectados directamente por la tragedia. No solo quienes sufrieron daños en su viviendas, incluye también a aquellos comerciantes cuyos negocios también se vieron afectados o por ejemplo, los que quedan localizados en zonas inaccesibles o sobre calles que quedaron destruidas o dañadas.
Pese al riesgo de terremotos en el país, solo el 6,7% de los hogares en México tiene seguro de daños. Los datos se desprenden del gremio de las aseguradoras. Aún no se ha generado una mayor cultura por la contratación de seguros de daños que permitan paliar los efectos de los sismos a pesar de que México tiene un alto grado sísmico. Sólo 7.8 millones de las 35.2 millones de casas reportadas ante el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuentan con un seguro que las proteja financieramente.
Una tragedia de estas características también impacta en el hábito de consumo de quienes la sufrieron, en este caso, los habitantes de México. Probablemente aumentarán los gastos de primeras necesidades sobre todo para los más afectados, mientras que disminuirán aquellos considerados extras o por gusto. Esto a su vez impactará en productores o vendedores que sufran la baja en el consumo. Sin embargo, tampoco se ha extendido el seguro para el mundo de las empresas. Sólo 17 por ciento de las más de 4 millones de micro y pequeñas empresas del país contaba con esta protección, al cierre del 2021.